La infancia es la etapa en la que el mundo se experimenta por primera vez y donde se moldean los primeros trazos de identidad. Más allá de un periodo biológico, es también un constructo cultural y social, un espacio íntimo que, a la vez, es reflejo de la sociedad que la rodea. La infancia es una ventana abierta a lo que un tiempo y un lugar consideran posible, deseable o inevitable.

Las fotografías de Benito Román, tomadas durante los primeros años de la transición española, documenta una generación que se abría paso en un país dividido entre las sombras de un pasado autoritario y las promesas de un futuro más libre. En estas imágenes, la vida cotidiana de los niños y niñas transcurre entre paisajes de precariedad y resistencia—marcados por la represión, los valores tradicionales y la omnipresente influencia de la iglesia—junto con los primeros destellos de cambio y emancipación.

Este Sol de la Infancia retrata ese delicado equilibrio entre el peso de la herencia y la esperanza en lo nuevo, mostrando cómo, incluso en un contexto de contradicciones, la infancia logra ser un espacio de juego y resiliencia.